Tipos de quiebra

La quiebra es un término jurídico utilizado para definir un estado de incapacidad de pago de pasivos o deudas de una persona natural o de una empresa. Como normalmente se dice, cuando alguien está quebrado o en quiebra, significa que no puede pagar las deudas que tiene, porque los recursos económicos que tiene no son suficientes. A estas personas también se les llama fallidos.
Esta es una condición regulada por las leyes, las normas y procedimientos que se usan para procesarla están establecidas en el Código de Comercio vigente; de esta manera, se distinguen como participantes en esta situación de quiebra al sujeto activo que es el que reclama el pago de una deuda y el sujeto pasivo que es la persona o empresa que tiene la obligación de pagar.
Por todo lo mencionado, se entiende que para establecer que alguien está en quiebra se debe seguir un procedimiento formal, cuyos pasos están establecidos en el Código de Comercio vigente en cada país, y viene siendo un Tribunal calificado el que dictamina lo que debe hacerse.
CLASIFICACIÓN DE LAS DIFERENTES QUIEBRAS EXISTENTES
Titulares del artículo
Al existir este código donde se establecen las normas legales que rigen esta materia, allí mismo está la explicación de los términos concernientes a los procedimientos y pasos a seguir de igual forma las consecuencias de estos actos, por lo tanto, es importante distinguir los tipos de quiebra que existen, las cuales son las siguientes:
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QUIEBRA FORTUITA
Se dice que existe este tipo de quiebra cuando las causas de la misma han sido accidentales e imprevisibles, es decir, a la persona o a la empresa les ha sido imposible pagar las deudas por causa de motivos que escapan a su voluntad.
Por ejemplo, una crisis económica del país donde se ubique, tan grave, que cause desequilibrios financieros y obligue a cerrar empresas y negocios, porque los pasivos se hacen mayores que los activos, causado por el bajo poder adquisitivo de la moneda; también se dan casos de enfermedad del comerciante, que impiden el funcionamiento normal de las actividades económicas, lo que obliga muchas veces a vender todo para poder pagar las deudas. Es decir, el capital ha disminuido tanto que no le da para cumplir con todas las obligaciones.
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QUIEBRA CULPABLE
Esta se da cuando las acciones del comerciante o empresa son descuidadas, no se siguen las normas establecidas en el Código de Comercio, tampoco se cumplen los procedimientos contables correctos y, por lo tanto, se dejan de cumplir los compromisos a tiempo, adquiridos con proveedores hasta que llega un momento que acumulan tantas obligaciones de pago, que se les hace imposible honrarlos.
En este caso, se causa por un manejo ineficiente de las finanzas, se incurre en gastos que nada tienen que ver con el negocio, lo que origina que la utilidad disminuya y no haya la rentabilidad suficiente para sostener la empresa.
QUIEBRA FRAUDULENTA.
Como lo dice su nombre, implica actos engañosos que van dirigidos a dañar a los solicitantes del pago de una deuda. Muchas veces son actos de mala fe, con los cuales se quiere evitar pagar, pero al final, quien sale más perjudicado es el comerciante o la empresa que cae en esa situación.
Existen lineamientos a seguir por las leyes con el fin de declarar el tipo de quiebra que exista en cada caso.
Por un lado, para declarar una quiebra sin intención, se consideran los hechos en los cuales la persona se haya excedido en gastos personales que no tenían relación con las actividades comerciales, pagos realizados a algunos acreedores dejando por fuera a los que tienen deudas mayores o con más antigüedad, entre otros.
En segundo lugar, también se toma en cuenta la manera de llevar la contabilidad del negocio. Si lleva correctamente los registros de inventarios, compras y ventas, pagos de impuestos. También deben mantener archivos de todo el movimiento que se realice, sin defectos, enmendaduras que indiquen un procedimiento dudoso, además de mostrar todos los documentos requeridos por el funcionario autorizado para llevar el caso.
En el caso de la quiebra fraudulenta, la ley es muy específica al mencionar los causales para incurrir en ella. Entre ellas se tienen la falsificación de documentos, ocultar información, libros diarios, mayor, de compras y ventas incompletos o con información incorrecta. También cuando se esconden bienes, al crearse falsas obligaciones en documentos inventados.
Hay varias formas de declarar la quiebra; algunas veces la misma persona o empresa es quien la solicita cuando ve que ya no puede cumplir con los pagos a los proveedores que suministran los insumos necesarios para el funcionamiento del negocio. En otros casos, los acreedores, al agotar todas las maneras de cobro y no conseguir los pagos, también la pueden solicitar.
Como consecuencia de la declaración de quiebra se realizan acciones que, incapacitan al comerciante o persona natural para administrar o estar a cargo de la empresa o negocio.
La mayor penalización se aplica a la quiebra fraudulenta, porque es causada para lograr un propósito de causar daño a alguien; en este caso, se dictan sanciones que pueden llevar a la detención del quebrado; la disposición por orden de la ley de todos los bienes, pertenencias y documentos de la empresa; se encarga el cuidado y la administración de los bienes a un funcionario hasta que se dispongan las acciones a ejecutar; se nombra a un funcionario que se encarga de hacer cumplir los pasos del procedimiento de quiebra y revisar todas las operaciones financieras, hasta llegar a un punto en que se puedan reunir a todos los acreedores para convenir los pagos a realizar.
Muchas empresas grandes han caído en quiebra por causas, no solo de mala administración sino también por no avanzar al ritmo de los adelantos tecnológicos y la no adaptación a los nuevos procesos de producción moderno.
En conclusión, no siempre se llega a la quiebra de manera fraudulenta, a veces los errores continuados en los procedimientos administrativos, el incumplimiento de las leyes, el tomar riesgos en inversiones donde no se tiene la certeza de que saldrán bien los cálculos presupuestarios; cualquier descuido puede sobrellevar a esta situación no deseada por nadie.